Rescatar la pluralidad sin perder la esencia, es uno de los más grandes
retos que afronta la radio popular en este mundo globalizado. Estar al alcance
de todo lo que el mundo ofrece implica también perder cierta dosis de identidad,
pero no lo es cuando la idea de cambio establece una complementariedad entre lo global y lo local, prevaleciendo lo último.
El compromiso de la radio popular fue desde sus inicios, caracterizarse
como una ventana de expresión de
aquellos sectores marginados de la sociedad, una radio que luchaba por la
injusticia de sistemas políticos y
privados, y a su vez creaba un sentido de pertenencia e identificación entre un medio y un grupo de personas que cada
vez estaban más dispuestas a un cambio social.
Así La globalización ha traído consigo muchos beneficios pero también muchas consecuencias relativas a un mecanicismo que cada vez más desplaza a la acción humana, es en ese contexto es donde la radio mueve su ilusión por rescatar aquella esencia que la caracteriza como popular. Aquel escenario donde se movía aquel medio cambió y lo hizo causando la exclusión, injusticia, alienación, la necesidad del uso de tecnología para estar a la par, que si bien es cierto coloca a los medios en un ambiente accesible, no todos pueden gozar de ella.
Frente a ese sistema de exclusión hay un 80% de personas quienes no están
invitadas a participar de tales “exclusivos “beneficios, existe una población
que tiene la necesidad de encontrar espacios de concertación y de discusión
acerca de los principales problemas sociales, y también existe una radio que en
su anhelo más próximo está dispuesta a
hacerlo.
El triángulo de las comunicaciones, globalización y la tecnología hace que
el acceso a la información traspase fronteras, y que los conocimientos se hagan
globales y estén a nuestro alcance .Esto entra en contradicciones cuando el uso
de la información es descontrolado por
algunos medios que en su afán de generar
más audiencia e interés hacen un ejercicio excesivo de aquel triangulo.
Y así como lo hacen algunos medios para sacar provecho de algo más lucrativo
que social, debería hacerlo la radio popular, pero aprovechando esa
accesibilidad a la que se ha llegado
para implantarse como una
propuesta distinta ante “lo mismo de siempre”, sin perder claro, su verdadero
sentido.
El futuro que le espera a la radio popular será establecerse como una radio
local en el nuevo milenio y enfrentar a aquella globalización que excluye y
aquel sistema colmado de injusticia, basta con que la radio tenga el objetivo
de ser una propuesta de cambio y desarrollo social y local para que se
fortalezca como una verdadera “radio popular”. Una propuesta facilitadora que
permita abrirse al dialogo y a la participación libre y que a su vez se muestre en representación de
aquellas poblaciones marginadas. Una idea basada en rescatar aquellos valores
que se han perdido, un medio que responda a la voz de sus audiencias.
Así se explica que al mencionar el termino entre lo global y lo local,
acuñados al concepto de radio, no nos lleva a pensar en que la radio debería dejarse
influenciar por el fenómeno de la globalización, sino se trata de hacer global
ese modelo diferente que ella propone y que tiene por trabajar con otras radios
en conjunto, un modelo humanizante.
Pluralizar la otra cara de la radio, es el reto que la radio popular tiene
por tarea en este nuevo milenio, con tecnología ella podría surgir más y
posibilitar la intercomunicación de las
naciones. “La radio que descubre como
jugar con un pie en lo local y con otro en lo global, será la radio que
sobreviva”
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