Entender el concepto de radio no solo se basa en tomarla como la función que pueda cumplir como radio educativa, popular, comunitaria, etc ,
sino que su concepto también conlleva al análisis de su forma, su origen y las
posiciones que han marcado su desarrollo ,como también todo lo que ella puede crear a partir del uso de sus propios elementos.
La noción de que la radio no solo es
un “aparato”, genera un reconocimiento de que dicho medio con un mensaje radiofónico
muy trabajado forma parte de una estética
que recoge los elementos de ella misma para darle un sentido, un sentido que le da vida.
La posición tradicionalista de Rudolf Arnheim, lo explica, pues promueve a que
la radio sea parte tanto de sonido como de cultura, una combinación perfecta
que toma importancia a lo acústico, a la
función cultural del medio de comunicación, al concepto de ciudadanía y sobre
todo a la importancia de ese mundo sensorial que crea.
Por otro lado existe ese otro concepto de radio, basado en aquella posición
de Paul Lazarsfeld manifestado en el
contexto capitalista y neoliberalita donde la radio se mueve a partir de la medición de índices de audiencia, consumismo,
estudios de publicidad y de comportamiento del consumidor que muchas veces se
hacen tomando en cuenta aquella población que representa la “mayoría” o mejor dicho la más accesible por estatus,
por educación, por clase y otros. Por todo eso la posición de Lazarsfeld se
confunde pues específicamente su orientación es sociológica, que si bien es
aplicada en las empresas que desean crecer económicamente, es dada más por un estudio sociológico
pero para el fin mercantil y la inversión publicitaria mas no por lo sociológico
netamente dicho, aquello que tiene que ver con el uso y consumo de medios, la
identidad nacional, el desarrollo humano, entre otros.
El papel de la radio, ha sido subestimado y explotado, que la han hecho olvidarse de sus
beneficios más importantes, esa circunstancia pone en pie a diferentes
organizaciones radiales en su afán de recuperar el verdadero sentido de la radio.
No se trata de que la radio se muestre ciega ante la globalización, se trata
ante todo de rescatar esa riqueza expresiva que posee, trasladada a mensajes que se adornen, se estructuren y
todo lo demás, pero que sean entendibles y comprensibles. Su poder expresivo
tiene que tener un fin que merezca trabajarla, no un lucrativo solo por la
circunstancia y no por el proceso.
El aporte que la radio puede brindar, se hace desde el manejo de un buen
uso de sus recursos. Utilizando el sonido o el lenguaje radiofónico de la
manera más adecuada, podría llevarnos a
grandes imaginaciones, entonces ya tiene una consecuencia generada a partir de ese
uso , es decir ya tiene un por qué hacerlo,
una buena razón, un sentido.
Sus ventajas comunicativas bien estructuradas y definidas hacen que no sea visto como un medio manipulado,
sino como un medio que cobra vida para transmitir algo que sirve ,así la estructuración
del sonido mediante palabras puede crear relidades,reforzarlas o desplazarlas.
Gracias a todo ello la radio deja de ser un medio ciego y evanescente para
tonarse como significado de expresión, de espacio de cultura, de incitador a la
creatividad, etc.
El contacto que la radio crea va más allá de un simple interés pasajero, y
la audiencia lo nota pues tiene la capacidad de elegir lo conveniente y más razonable.
Una radio en cualquier función que cumpla, a mi parecer, deberá tomar en
cuenta principalmente la forma en que transmite su mensaje y valerse del buen
uso de las herramientas que ella tiene por desarrollar.