Las personas hacen suya la radio,
gracias a la calidad de material
radiofónico que se les ofrece, mientras haya un mensaje igualitario, claro,
conciso y atractivo que los enamore pero que también forme parte de su lenguaje
cotidiano y más que todo forme parte de su vida, habrá una radio que se hará
más indispensable para sus audiencias.
Y es que aquel simbolismo que
puede crear la radio, se debe a la utilización de un lenguaje acorde a una realidad determinada ;donde las personas crean vínculos con un medio cuando este los toma en cuenta y
se coloca como parte de su autenticidad, de manera que la audiencia cree en
aquel medio y apuesta por él .
No obstante a lo anteriormente
mencionado, se presenta el panorama de aquellos medios que pretendiendo ser los
“más cultos”, extienden sus mensajes a través de un lenguaje
estandarizado, disfrazando palabras y confundiendo
a las personas. En el caso de la radio a
través de mensajes radiofónicos adornados, finalmente no entendidos.
Así recordamos haber oído a
personas muy ilustres por radio, hablando de diferentes temas como también
hemos escuchado ciertos discursos que nos parecieron “bonitos” porque
simplemente nos emocionaron al
escucharlos, pero de ello no aprendimos ni entendimos nada, pues ese lenguaje
no era parte de nuestro repertorio cultural ni de nuestra identidad.
Cabe resaltar que cuando se menciona que algunos mensajes
radiofónicos son adornados por sus locutores, no se trata de minimizar aquellos
elementos que posee el lenguaje radiofónico, como lo son la música ,el sonido,
los efectos, pues todo ello en conjunto forma parte de lo creativo e
imaginativo que resulta el trabajo
radial.
Ahora, cuando se habla del
proceso de comunicación, se mencionan a la intervención de todos sus elementos
para que se desarrolle un intercambio mutuo, interactivo y dinámico; un
concepto que muchas radios olvidan tomándolo como una simple trasmisión de mensajes. Acaso se acuerdan que aquel código
utilizado necesariamente tiene que ser el mismo para que dicho proceso sea eficaz.
No, se cree que a algunos ni les importa
y es que si ejemplificamos claramente, mencionaríamos a ciertos locutores que se apoderan de los espacios
radiales y que piensan que su voz es la que tienen validez y la que importa más.
Todo ello se resume en las
palabras de Kaplun:” la verdadera comunicación no comienza hablando, sino
escuchando. La principal condición de un buen comunicador es saber escuchar”.
Frase que deberían recordar aquellos que tienen en sus manos un espacio radial
y que aún no lo valoran muy bien, pues poco a poco la olvidan pensando en lo
que ellos creen que a la audiencia le interesa, sin escuchar los verdaderas
necesidades que se mueven dentro de ella.
El verdadero lugar del locutor
esta en desenvolver primero el papel de un receptor más que de un emisor, si él
verdaderamente hace radio tiene que primero escuchar lo que
es importante para sus audiencias, analizar, interpretar y entender, sino
cualquier persona a la que le guste hablar en radio y se exprese bien podrá
hacer aquel trabajo que tiene acostumbrado a realizar. O bien terminara como un
pedante, un “culto”, un grosero o lo peor un ignorante.
Si una radio aprende a utilizar
bien sus recursos dentro de un marco provechoso de su lenguaje radiofónico, cautivará
a la audiencia, su palabra brillará, sabrá contar más que narrar, hará volar la
imaginación de su público, será más escuchada gracias a un mensaje entendible y
autentica pues se desarrollara en torno
a una determinada cultura y lo más importante se convertirá en un espacio más
inclusivo partiendo toda su labor desde el ejercicio de la creatividad para
ejercer dicho lenguaje radiofónico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario